Viva ese culo, azul, de sirena descubierta bajo sus escamas. Visca! visca! gritan los pajaros azules, dorados, verdes, con picos rosados al viento. Las siluetas burbujeantes al vientos no se averguenzan al contornearse entre tantas temperaturas. Dime, ninfa, ¿hacia donde me conducen tus colores? Es un arcoiris estratosferico, amante de lo verdadero, todo este festin de pigmentos que no dejan respirar, que hacen despertar a los marineros que ya no miran su propio reflejo en los senos de las bellas arpias de mar. Ahora señalan hacia el sur, movidos por los timbales, por los bailes, por las piernas que por fin llevan a algun lugar, a la lujuria escondida tras el purpura. Dime dios mio donde anda ese culo. El marinero desde su barco señala algun salon, dios mio. Bendita pared. Benditos ojos que lo ven.
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Viva ese culo, azul, de sirena descubierta bajo sus escamas. Visca! visca! gritan los pajaros azules, dorados, verdes, con picos rosados al viento. Las siluetas burbujeantes al vientos no se averguenzan al contornearse entre tantas temperaturas. Dime, ninfa, ¿hacia donde me conducen tus colores? Es un arcoiris estratosferico, amante de lo verdadero, todo este festin de pigmentos que no dejan respirar, que hacen despertar a los marineros que ya no miran su propio reflejo en los senos de las bellas arpias de mar. Ahora señalan hacia el sur, movidos por los timbales, por los bailes, por las piernas que por fin llevan a algun lugar, a la lujuria escondida tras el purpura. Dime dios mio donde anda ese culo. El marinero desde su barco señala algun salon, dios mio. Bendita pared. Benditos ojos que lo ven.
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